Los cuatro constituyentes del bienestar: un modelo integrador basado en prácticas contemplativas

Los modelos teóricos no deben quedar en una abstracción sin más, pues tenemos el riesgo de convertir el bienestar en un objetivo impreciso, irreal, y por lo tanto no implementable. La clave es responder a la pregunta ¿se puede implementar un proceso que incremente los niveles de bienestar? La hipótesis de Ausiàs Cebolla i Martí y David Alvear Morón en su libro Psicología positiva contemplativa es que el bienestar no es una entidad que exista por sí misma, tal y como reivindica Ken Sheldon, sino que la entendemos como un subproducto y, por consiguiente, solo podemos trabajar sus causas y sus consecuencias. ¿Cómo se trabajan? A través de las habilidades psicológicas básicas que intervienen en estas causas y consecuencias.

Pongamos el ejemplo de alguien que toca el violín todos los días dos horas, es decir, entrena la habilidad del solfeo, más el movimiento de los dedos, más la gestión del arco, etc. Todo eso le llevará a lograr que el violín suene de forma armónica, pero en realidad no es él el que hace la música, sino que se genera como la consecuencia de una serie de acciones determinadas, sustentadas por habilidades que hay que entrenar (movimientos y posturas), conocimientos (solfeo) y actitudes (el deseo de crear algo). En la misma forma, se puede entender que el bienestar sea la consecuencia del uso de determinadas habilidades. Esta es la propuesta de Richard J. Davidson, profesor en la Universidad de Madison (Wisconsin, EE. UU.) y director del Center for Healthy Minds (Centro para mentes sanas) y uno de los autores más importantes dentro del ámbito de las ciencias contemplativas. Aunque está considerado un gran divulgador tanto de las tradiciones contemplativas como de la ciencia psicológica más actual, Davidson ha cimentado una carrera de mucho prestigio, investigando el efecto de la meditación en el cerebro.

En el año 2015, publicó un capítulo llamado la «Neurociencia de la felicidad», en el World happiness report, un informe anual publicado por Naciones Unidas que explora el estado de la felicidad en el mundo.[1] En esos informes, expertos de diferentes áreas, como economía, psicología o sociología, defienden que el bienestar puede ser utilizado para medir el progreso de los estados. Uno de sus editores, Richard Layar, es un famoso economista de la London School of Economics y lideró uno de los proyectos más ambiciosos en el área de la salud mental en Europa, el llamado proyecto IAPT (Mejorando el acceso a las terapias psicológicas), en el que sostiene que lo más rentable para salvar el sistema sanitario en el área de la salud mental es aumentar el número de psicólogos en el sistema sanitario. En ese capítulo, el profesor Davidson presenta lo que llama los cuatro constituyentes del bienestar psicológico o habilidades básicas que predicen niveles altos de bienestar:

Atención (mindfulness)

Capacidad de alargar las emociones positivas

Resiliencia o regulación rápida de emociones negativas

Generosidad y conducta prosocial

Junto a estas cuatro propuestas de Davidson, en el programa EBC también introducimos un quinto proceso, que nos parece fundamental para comprender la mente humana: la perspectiva multidimensional del self. Este quinto constituyente lo recogemos del proyecto ReSource de la neurocientífica Tania Singer[2] y del modelo de McConnell[3] sobre los múltiples self, también de toda la literatura psicológica previa, basada en el estudio de las subpersonalidades o las partes internas de la mente, como el modelo psicoterapéutico de los Sistemas de Familia Interna de Schwartz.[4]

Mapa conceptual de los cinco constituyentes que se trabajan en el programa EBC:

 
 

Notas bibliográficas:

1. Davidson, R. y Schuyler, B. (2015). Neuroscience of happiness. En: J. Helliwell, R. Layard y J. Sachs (Eds.), World happiness report 2015 (pp. 88‐105). Nueva York: Sustainable Development Solutions Network.

2. Singer, T. y Engert, V. (2019). It matters what you practice: differential training effects on subjective experience, behavior, brain and body in the ReSource Project. Current Opinion in Psychology, 28, 151‐158.

3. McConnell, A. R. (2011). The multiple self‐aspects framework: self‐concept representation and its implications. Personality and Social Psychology Review, 15, 3‐27.

4. Schwartz, R. C. (1995). Guilford family therapy series. Internal family systems therapy. Nueva York, NY, US: Guilford Press.

Anterior
Anterior

Entrevista al maestro zen Dokushô Villalba

Siguiente
Siguiente

¿Por qué Taisen Deshimaru se hizo monje zen?